Llamamiento por una Alianza Antimundialista

Mons. Carlo Maria ViganĂ²

Llamamiento

por una Alianza Antimundialista

Desde hace dos años estamos siendo testigos de un golpe de Estado mundial, en el que una elite financiera y ideolĂ³gica ha logrado apoderarse de una parte de los gobiernos nacionales, de las instituciones pĂºblicas y privadas, de los medios de comunicaciĂ³n, de la magistratura, de los polĂ­ticos y de los lĂ­deres religiosos. Todos ellos, en forma indistinta, se han sometido a estos nuevos dueños que aseguran poder, dinero y afirmaciĂ³n social a sus cĂ³mplices. Los derechos fundamentales que hasta ayer nos eran presentados como inviolables son pisoteados en nombre de una emergencia: hoy sanitaria, mañana ecolĂ³gica, despuĂ©s de mañana informĂ¡tica.

Este golpe de Estado global priva a los ciudadanos de cualquier posibilidad de defensa, desde el momento que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial son cĂ³mplices de la violaciĂ³n del derecho, de la justicia y del propĂ³sito para el cual existen. Y es un golpe de Estado global porque este ataque criminal contra los ciudadanos se extiende a todo el mundo, con rarĂ­simas excepciones. Es una guerra mundial, en la que los enemigos somos todos nosotros, incluso aquĂ©llos que inconscientemente no han entendido todavĂ­a el alcance de lo que estĂ¡ sucediendo. Es una guerra que no se libra con armas, sino con normas ilegĂ­timas, polĂ­ticas econĂ³micas malvadas y limitaciones intolerables a los derechos naturales.

Los organismos supranacionales, financiados en su mayor parte por los conspiradores de este golpe de Estado, interfieren en el gobierno de las distintas naciones y en la vida, las relaciones y la salud de miles de millones de personas. Lo hacen por dinero, por supuesto, pero mĂ¡s todavĂ­a para centralizar el poder y asĂ­ instaurar una dictadura planetaria. Es el Gran Reinicio del Foro EconĂ³mico Mundial y la Agenda 2030 de la ONU. Es el plan del Nuevo Orden Mundial, en el que una RepĂºblica Universal esclaviza a todos y una ReligiĂ³n de la Humanidad borra la Fe en Cristo.

Frente a este golpe de Estado global es necesario constituir una Alianza Antiglobalista Internacional que reĂºna a todos los que quieren oponerse a la dictadura, que no tienen intenciĂ³n de convertirse en esclavos de un poder sin rostro y que no estĂ¡n dispuestos a borrar su propia identidad, su propia individualidad y su propia fe religiosa. Si el ataque es global, la defensa tambiĂ©n debe serlo.

Convoco a gobernantes, a lĂ­deres polĂ­ticos y religiosos, a intelectuales y a todos los hombres de buena voluntad para unirse en una Alianza que lance un manifiesto antiglobalista, refutando punto por punto los errores y desviaciones de la distopĂ­a del Nuevo Orden Mundial y proponiendo alternativas concretas para un programa polĂ­tico inspirado en el bien comĂºn, en los principios morales del cristianismo, en los valores de la tradiciĂ³n, en la protecciĂ³n de la vida y la familia natural, en la protecciĂ³n de la empresa y del trabajo, en el fomento de la educaciĂ³n y la investigaciĂ³n y en el respeto a la CreaciĂ³n.

Esta Alianza Antiglobalista deberĂ¡ reunir a las naciones que pretenden escapar del yugo infernal de la tiranĂ­a y afirmar su soberanĂ­a, celebrando acuerdos de colaboraciĂ³n mutua con los Estados y pueblos que comparten sus principios y el anhelo comĂºn a la libertad, a la justicia y al bien. Esa Alianza tendrĂ¡ que denunciar los crĂ­menes de la Ă©lite, señalar a los responsables, denunciarlos ante los tribunales internacionales, limitar su poder y sus influencias nefastas; tendrĂ¡ que impedir la acciĂ³n de los lobbies, en primer lugar, combatiendo la corrupciĂ³n de los funcionarios del Estado y de los que trabajan en el mundo de la informaciĂ³n, y congelando los capitales utilizados para desestabilizar el orden social.

En los paĂ­ses en los que los gobiernos estĂ¡n sometidos a la Ă©lite tendrĂ¡n que formarse movimientos de resistencia popular y comitĂ©s de liberaciĂ³n nacional, con representantes de todos los sectores de la sociedad que propongan una reforma radical de la polĂ­tica, inspirada en el bien comĂºn y firmemente opuesta al proyecto neomaltusiano de la agenda globalista.

Invito a todos los que quieren defender la sociedad cristiana tradicional a reunirse en un foro internacional, que se celebrarĂ¡ lo antes posible, en el que se reunirĂ¡n representantes de varias naciones para presentar una propuesta seria, concreta y clara. Mi llamamiento se dirige a los dirigentes polĂ­ticos y a los gobernantes que se preocupan por el bien de sus ciudadanos, dejando atrĂ¡s los viejos sistemas de los partidos polĂ­ticos y la lĂ³gica impuesta por un sistema sometido servilmente al poder y al dinero. Hago un llamamiento a las naciones cristianas, desde Oriente a Occidente, invitando a los Jefes de Estado y a las fuerzas sanas de las instituciones, de la economĂ­a, del trabajo, de las universidades, de la salud y de la informaciĂ³n a adherir a un proyecto comĂºn, para desbaratar los viejos sistemas y dejar de lado las hostilidades que quieren los enemigos de la humanidad en nombre del divide y reinarĂ¡s. No aceptamos las reglas del adversario, porque estĂ¡n hechas precisamente para impedirnos reaccionar y organizar una oposiciĂ³n eficaz e incisiva. 

Convoco a las naciones y a los ciudadanos a aliarse bajo la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, Ăºnico Rey y Salvador, PrĂ­ncipe de la Paz. In hoc signo vinces.

Fundemos esta Alianza Antiglobalista, dĂ©mosle un programa simple y claro, y liberemos a la humanidad de un rĂ©gimen totalitario que reĂºne en sĂ­ los horrores de las peores dictaduras de todos los tiempos. Si nos demoramos mĂ¡s, si no comprendemos la amenaza que pesa sobre todos nosotros, si no reaccionamos organizĂ¡ndonos en una resistencia firme y valiente, no se podrĂ¡ detener este rĂ©gimen infernal que se estĂ¡ instaurando en todas partes.

Y que Dios Todopoderoso nos asista y proteja.

+ Carlo Maria ViganĂ², Arzobispo
e
x nuncio apostĂ³lico en Estados Unidos de AmĂ©rica

 

16 de noviembre de 2021

TraducciĂ³n al español por: JosĂ© Arturo Quarracino

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