Mensaje de 27 de enero 2024

Msgr. Carlo Maria Viganò

Mensaje

A los participantes en el Congreso Nacional
de ``Democrazia Sovrana e Popolare``
Roma, 27-28 de Enero de 2024

Queridos amigos, 

Permítanme, en primer lugar, agradecer al Dr. Francesco Toscano la invitación a intervenir en este Congreso Nacional con una breve reflexión, que espero contribuya a orientar vuestraacción al servicio del bien común.

Nos encontramos hoy frente a una amenaza epocal, constituida por un golpe de Estado perpetrado por la élite globalista. Este golpe de Estado sólo ha aparecido recientemente en toda su evidencia, pero las farragosas declaraciones de los participantes en el Foro de Davos que acaba de terminar son el fruto de un proyecto subversivo llevado a cabo durante décadas. Un proyecto que se basa en la mentira, el chantaje y la corrupción. 

La mentira. Todas las motivaciones aducidas por la cúpula globalista para legitimar su acción son falsas, o mejor dicho: son falsos pretextos que ocultan deliberadamente otras razones inconfesables. No hay nada científico ni racional en las medidas adoptadas para hacer frente a las crisis recientes. En su lugar, está la voluntad de ocultar sus intenciones criminales detrás deargumentos inconsistentes, en pos de los cuales sólo perdemos tiempo y energía. La farsa de la pandemia, las crisis en Ucrania y en Palestina, el calentamiento global y todo lo que en teoría debería justificar las medidas adoptadas por los gobiernos, la Unión Europea y las Naciones Unidas contra nosotros, tienen el único propósito de hacer imposible cualquier oposición de nuestra parte, en nombre de emergencias que han sido planificadas hasta el más mínimo detalle.

El chantaje. Para lograr la transición de la población al modelo globalista en el que todo está en manos de la élite, los arquitectos del Gran Reinicio actúan gradualmente. El primer paso consiste en colocar su producto -porque es un producto lo que ellos venden- junto a lo que ya tenemos o podemos tener por nuestros propios medios. Puede ser el trigo transgénico canadiense combinado con el trigo orgánico de las pequeñas explotaciones, la salud privada combinada con la salud pública, los coches eléctricos añadidos a los coches que funcionan con gasolina, el trabajo inteligente desde un lugar remoto combinado con el trabajo en la oficina. Parece que la nueva alternativa -que tiene un coste en términos económicos y humanos para el usuario- no se impone, sino que es presentada como una posibilidad.

Una vez que han conseguido introducir su producto, obran de tal forma que la primera opción que teníamos sea de hecho insostenible, porque se ha vuelto muy cara o se ve obstaculizada por las normativas de la Unión Europea. Obviamente, los aumentos de costes se provocan intencionadamente, utilizando como pretexto las crisis y las emergencias gestionadas. Así nos encontramos con que ya no podemos tener más, gratuitamente o a precios razonables, los bienes y servicios que teníamos antes y nos vemos obligados a aceptar que sólo podemos tener su producto, cuyo precio y condiciones de entrega deciden ellos. 

Esta transición es obviamente forzosa y tiene como finalidad quitarnos la autonomía que tuvimos hasta ahora. Ya no podemos elegir si queremos utilizar el coche con nafta, porque sólo los vehículos eléctricos pueden circular por la ciudad y una norma europea prohíbe reparar los coches viejos; no podemos comer alimentos naturales, porque los campos han sido expropiados o las granjas agrícolas han quebrado o porque la Unión Europea les paga para que no produzcan, o porque los acuerdos comerciales nos obligan a importar trigo de Canadá y leche de Nueva Zelanda; no podemos programar un examen del Servicio Nacional de Salud, porque se han impuesto recortes en el gasto público en favor de la salud privada. Esta es la mentalidad del chantaje: cerrar todas las posibles vías de escape de la pesadilla globalista, para obligarnos por la fuerza a ir en la dirección deseada, en nombre de un imaginario peligro inminente (la pandemia, utilizada para obligar a vacunarse; la crisis ucraniana, utilizada para aumentar los costes energéticos; el descenso de la natalidad, utilizado para importar mano de obra barata del Tercer Mundo con relativo reemplazo étnico).

El calentamiento global, si miramos las cosas desde esta perspectiva, aparece como un colosal pretexto (falso) destinado a imponer la Agenda 2030, que se traduce en una transferencia de dinero de las pequeñas y medianas empresas a los grandes grupos financieros, con empobrecimiento de la población y beneficios desproporcionados para las multinacionales radicadas en paraísos fiscales. Si os dais cuenta, este esquema se utiliza invariablementetambién en ámbitos que parecen escapar a la lógica mercantil que mueve a estos subversivos. Estoy seguro de que todos ustedes conocen muchos casos en los que se aplican estos principios. 

Mentira y chantaje, entonces. Pero también corrupción: porque sin la cooperación activa de la clase política, de los medios de comunicación, de los magistrados, de la policía, de los profesores, de los médicos e incluso de una jerarquía eclesiástica que se ha convertido en sierva de la élite, estas mentiras y estos chantajes no habrían sido posibles. Si se fijan en quienes ocupan hoy en díacargos de gobierno y ostentan el poder en los niveles más altos de las instituciones, encontrarán casi exclusivamente a personasprovenientes del Jóvenes líderes globales para el mañana, del Foro Económico Mundial. Klaus Schwab lo reconoció descaradamente: Hemos conseguido infiltrarnos en todos los gobiernos occidentales. ¿Cómo? Con dinero, por supuesto, porque ellos crean el dinero e incluso lo imprimen, desde el momento que los Bancos centrales son empresas privadas dirigidas por unos pocos fondos de inversión de renombre y a su vez presididas por miembros del Foro Económico Mundial. BlackRock y Vanguard poseen la deuda pública de muchas naciones, a las que también pueden chantajear a través de las agencias de calificación o mediante la presión del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo. Y donde no llega el dinero, llegan los fraudes electorales, los juicios espectáculo, los suicidios y los accidentes. 

Ustedes se preguntarán por qué un Arzobispo considera necesario abordar cuestiones que aparentemente no tienen ninguna relación con la Fe. Pienso que, después de estos últimos años, es evidente ahora que nos encontramos frente a un ataque epocal, cuyo objetivo es la instauración de una sinarquía presidida por el Anticristo. Un gobierno mundial, al que llaman eufemísticamente gobernanza global, en el que por supuesto mandarán ellos y nosotros obedeceremos o seremos social o físicamente excluidos. En este marco subversivo, todos los Estados occidentales, con muy raras excepciones, son rehenes de esta cúpula de subversivos que se creen dueños del mundo y que se han puesto al servicio del príncipe de este mundo, que es Satanás. 

¿Qué quieren Klaus Schwab, Bill Gates, George Soros y todos sus cómplices y adláteres? El mal. Nuestro mal, ciertamente. Porque, en efecto, nos consideran el mal del Planeta, y para exterminarnos nos envenenan en cuerpo y alma, porque en nosotros, en ustedes, en sus hijos y en nuestros ancianos ellos venla obra de Dios, a Cuya Imagen y Semejanza hemos sido creados. Esto es lo que nos dice, entre otros, Dennis Meadows, miembro del Club de Roma del que surgió el Foro Económico Mundial, cuando teoriza sobre la reducción de la población mundial a mil millones de personas, reconociendo cándidamente que el 87,5%de los actuales habitantes del planeta tendrán que ser eliminados mediante guerras civiles, hambrunas, pestes y esterilidad (aquí). Y si la esterilidad inducida con fármacos y alimentos adulterados no fuera suficiente, está la agenda LGBTQ y la ideología de género, a través de las cuales la élite favorece la homosexualización de la sociedad e introduce la posibilidad de someter a los niños a intervenciones de transición de género desde sus primeros años, con la complicidad de legisladores corruptos dispuestos a revocar la patria potestad a quienes no acepten que sus hijos sean mutilados. La insistencia en la sexualización de los niños llevada a cabo por la ONU y la OMS, junto con las propuestas de rebajar la edad de consentimiento y de despenalizar la pedofilia, tiene el inquietante resultado de proporcionar carne fresca a la red de pervertidos, huéspedes de la isla de Epstein, personas que infestan las altas esferas de muchas instituciones y que, como tales, son fácilmente chantajeables. 

Se trata de una batalla que no puede librarse con armas exclusivamente humanas, porque en ella participan poderes espirituales que se alimentan del odio a Dios, a Nuestro Señor Jesucristo y al género humano, a los que envidian porque, a diferencia de los demonios, merecieron ser redimidos por la Encarnación del Hijo eterno del Padre. Odian también la Creación, que el Señor ha puesto gratuitamente a nuestra disposición. Gratuitamente, porque la obra de Dios es gratuita, fruto de la magnificencia y de la generosidad, mientras que todo lo que viene del demonio tiene un precio, es una mercancía que se intercambia, algo que se vende y se compra.

Ustedes, queridos amigos, deben comprender claramente lo que está en juego para nuestra sociedad y sobre todo para el mundo en el que vivirán nuestros hijos. No se trata de huir de una nación sumida en la dictadura mientras el resto del mundo es libre, porque ahora es todo el mundo occidental el que se ha convertido en un campo de concentración en el que mandan personas que no han sido elegidas, personas que deberían estar encerrada para siempre en la cárcel por sus crímenes. No podemos escapar a otra parte, sino que ante todo debemos luchar por nuestra propia supervivencia, aquí y ahora. 

¿Cómo resistir entonces? ¿Cómo podemos oponernos eficazmente a esta odiosa dictadura? Desde luego, no con las armas contundentes que nuestro enemigo querría que utilizáramos: sería como salir al campo armados con flechas contra tanques. No con viejas ideologías creadas a propósito porque fracasarían, como el colectivismo comunista por un lado y el individualismo liberal por otro. No con los ídolos de una falsa libertad y democracia, juguetes rotos que han permitido a las logias masónicas subvertir el orden social, haciendo creer que se puede prescindir de Dios divinizando al Estado, al individuo o a ambos. 

Quisiera subrayar aquí un elemento que me parece muy importante para comprender el alcance del ataque que estamos sufriendo. El golpe maestro del Nuevo Orden Mundial consiste en haber reunido, en una alianza infernal, al Liberalismo y al Comunismo (dos caras de la misma moneda masónica) en su provecho. Por un lado, restringiendo la intervención positiva del Estado, que ofrece a los ciudadanos gratuitamente o a precios que no son de mercado los servicios que la élite quiere privatizar para obtener beneficios; por el otro lado, utilizando la fuerza coercitiva de un régimen socialista supranacional para distorsionar la competencia con las pequeñas y medianas empresas y reducir los costes laborales. En cierto sentido, la élite ha conseguido expulsar al Estado de su papel natural en favor de un super Estado que no actúa en interés de la colectividad, sino de la propia élite. Este es, en última instancia, el papel de la Unión Europea y del gobierno federal estadounidense, ambos en manos del Estado profundo. 

Combatir al enemigo según sus reglas falsificadas es absurdo y ruinoso. Combátanlo más bien contraponiendo la Verdad frente a la mentira , la voluntad de hacer el Bien frente al vil chantaje, la honestidad frente a la corrupción. San Pablo también nos lo dice: No se dejen vencer por el mal, sino que venzan al mal con el bien (Rm 12, 21). Y en esta lucha de época, en este enfrentamiento entre la Luz y las tinieblas, incluso los que no son cristianos pueden ser vuestros aliados, si con honestidad y valentía comprenden que están en peligro los fundamentos mismos de la Ley de la Naturaleza, el respeto a la sacralidad de la vida, la defensa de la familia natural, el derecho de los padres a educar a sus hijos y la protección de la propiedad, del trabajo y de la empresa.   

Nuestra aparente debilidad, nuestra desorganización y nuestros medios incomparablemente inferiores a los que dispone la élite globalista pueden ser incluso puntos fuertes, porque nos permiten escapar a su control. Debemos actuar fuera de los esquemas, creando redes locales, nacionales e internacionales que nos permitan presentar un frente común contra el enemigo común. Debemos redescubrir el orgullo de nuestra civilización, de nuestra cultura, de nuestra Fe, de nuestra capacidad para resurgir en medio de las dificultades gracias a nuestro ingenio y a nuestra esperanza, gracias a los cuales no permitimos que nos arrebaten el futuro quienes están destruyendo el presente después de haber borrado nuestro pasado. 

¡Sean fuertes, queridos amigos! Y no se dejen intimidar por quienes les quieren hacer creer, basándose en un fraude colosal, que todo está decidido y es irrevocable. No somos cobayos de laboratorio que un científico loco observa mientras se escabullen por un laberinto: ésta es la visión de los que no saben amar, es más, de los que sólo saben odiar, de los que no comprenden que el hombre es capaz de actos de heroísmo por Amor a Dios y a sus hermanos; de los que no quieren reconocer que el Señor es realmente Omnipotente, y que los destinos del mundo y de la Historia están en sus manos; una Historia en la que, no lo olviden, Dios nos acompaña y nos protege como Padre.

El mundo distópico de esclavitud y de muerte que quiere construir el delirio globalista puede evitarse si sabemos unirnos bajo la Cruz de Cristo. Porque sólo ante la Cruz estos malvados pierden todo poder y se muestran como lo que realmente son.

Una última recomendación, que les hago como Pastor: no cedan a la mentalidad del mundo, que querría que ustedes seavergüencen de su honestidad, de su rectitud y de su Religión, como si fueran defectos que hay que ocultar. Son más bien la deshonestidad, la corrupción moral, el egoísmo y el vicio de los que nos debemos avergonzar. No se avergüencen de ser personas que aman al Señor, que rezan, que se sacrifican, que luchan. Porque no serán Klaus Schwab, George Soros ni Ursula von der Leyen quienes los juzgarán, sino el Señor que nos ha dicho: Tengan confianza, yo he vencido al mundo (Jn 16, 33).

+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo

27 de Enero de 2024

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

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