Tolle Missam, tolle Ecclesiam

``Tolle Missam, tolle Ecclesiam``
Declaración del arzobispo Carlo Maria Viganò
respecto a la Comunidad religiosa
de los Hijos del Santísimo Redentor
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Llegará el día,
en el que ya no se tolerará la sana doctrina,
pero, debido al prurito de escuchar algo nuevo,
los hombres se rodearán de maestros
acorde a sus propios deseos,
negándose a escuchar la Verdad.
2 Tim 4, 3
Hace unos días, después de diecisiete años de tensiones con el Vaticano y con el obispo de Christchurch en Nueva Zelanda, que culminaron con una orden de expulsión de la diócesis confirmada por un decreto de la Santa Sede, la Comunidad de los Redentoristas Transalpinos dio a conocer una Carta Abierta (aquí) en la que denuncia los principales errores de la Iglesia conciliar-sinodal , su abierta hostilidad hacia la Misa Apostólica y la malversación de la que han sido objeto los Hijos del Santísimo Redentor. En la Carta Abierta, los Padres Redentoristas afirman que “se ha roto la cadena de mando” dentro de la Jerarquía: “Cuando un superior se aparta de su obediencia a Cristo Rey, su mandato ya no es el brazo de Cristo, sino el gesto de un hombre. (IIa IIæ, q. 104, a. 5)”.
Ahora es evidente la crisis de autoridad en la Iglesia Católica. En el plan de los subversivos, debe conducir a la disolución del cuerpo eclesial, para reemplazar la Iglesia Católica Apostólica Romana con un sustituto de origen humano y de inspiración masónica. El principal instrumento de esta subversión es la sinodalidad, es decir, la aplicación de los principios revolucionarios de la democracia y de la representatividad popular a una institución de origen divino que su Fundador, Nuestro Señor Jesucristo quiso que fuera monárquica y jerárquica. De esta manera, una vez que se rompe el vínculo de obediencia a Dios, la Autoridad se vuelve absoluta y tiránica, no teniendo que responder por sus decisiones ni ante Nuestro Señor Jesucristo ni ante el pueblo cristiano. Esta revolución permite manipular a los fieles para hacerles creer que las innovaciones y las herejías introducidas por la Jerarquía son exigidas por las bases, cuando en realidad son impuestas por un lobby de desviados en la Fe y en la Moral.
No puedo sino alabar la valentía de estos Redentoristas, cuya denuncia se suma a otras que muestran con mayor frecuencia el escándalo y el gran malestar del clero y del pueblo de Dios con respecto a una jerarquía rebelde y apóstata. Ya no estamos en el ecumenismo conciliar hacia las sectas no católicas (aunque condenadas por los Pontífices hasta Pío XII), sino en la aceptación y legitimación de todas las falsas religiones e idolatrías, y de los puntos programáticos de la Agenda globalista (pansexualismo LGBTQ+, inmigracionismo, ecologismo), con los que la “iglesia sinodal” está totalmente alineada.
Esta crisis es de naturaleza teológica y no canónica. Se refiere al desmantelamiento sistemático de la perenne Tradición de la Iglesia Católica Apostólica Romana y a la disolución del Depositum Fidei: por lo tanto, es con argumentos teológicos que se la puede afrontar. Juzgar individualmente los casos particulares a la luz del Derecho Canónico, sin correlacionarlos entre sí en el contexto más amplio de una acción subversiva planificada durante décadas y llevada a cabo con la cooperación activa y consciente de una gran parte del Episcopado, no hace más que reconocer oficialmente a una Autoridad desviada y pervertida, a usurpadores que hacen uso del poder del cual se han apropiado contra la voluntad de Nuestro Señor Jesucristo, Cabeza del Cuerpo Místico, en perjuicio de los fieles, para fines opuestos a los que Nuestro Señor ha establecido para su Iglesia.
Exhorto a los hijos del Santísimo Redentor y a sus fieles con las palabras de san Pedro: Resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos sufrimientos padecen vuestros hermanos diseminados por todo el mundo (1Pe 5, 9). La Fundación Exsurge Domine –con la que los Redentoristas Transalpinos ya tienen relaciones de amistad fraterna–, yo mismo como Arzobispo y Sucesor de los Apóstoles; junto con los Clérigos de la Fraternidad de Familia Christi, que también son perseguidos y “borrados” por la “Iglesia bergogliana”; junto con numerosos Sacerdotes y Religiosos esparcidos por todo el mundo a los que sigo permanentemente, les aseguramos nuestro pleno apoyo, en medio del silencio fugitivo y cómplice de los pastores tímidos y cobardes. Porque está escrito: “Si éstos callan, las piedras gritarán” (Lc 19, 40).
+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
17 de octubre de MMXXV
S.ctæ Margaritæ Mariæ Virg.
NOTAS
1 – Quitad la Misa, destruid la Iglesia. Es una cita de Martin Lutero extraída de su líbelo De abroganda missa privata Martini Lutheri sententia, publicado en 1522.